Su intención era rockear por distintos puntos de la Ciudad de México, pero por poco y le arruinan su primera vez a Moderatto.

El grupo se levantó temprano para la cita y, como el mismo Bryan Amadeus dijo, estaban sobrios para ofrecer un show encima de un turibús.

También unos 85 seguidores estaban montados en otro vehículo que los llevaría detrás de sus ídolos por algunas zonas para verlos cantar, como parte de una promoción realizada por la estación EXA FM.

El recorrido inició en el Auditorio Nacional. Los autobuses se posaron frente a éste para las primeras interpretaciones: «Quemándome de Amor» y «Sentimental», alrededor de 9:30 horas.

«Sacúdanse la hueva», decía Amadeus para animar a la gente que se había concentrado frente al autobús, en el que la parte superior se convirtió en su escenario.

Algunos fans optaron por adornar sus ojos con maquillaje y plumas,y a ellos se sumaron otros que pasaban por ahí.

La gente ya estaba lista para iniciar el recorrido y los motores encendidos, pero llegó el primer problema. Unos elementos de vialidad retrasaron el avance por alrededor de 20 minutos poniendo diversas excusas, entre ellas que no tenían permisos (los cuales sí estaban tramitados) e incluso mencionaron una supuesta manifestación.

De acuerdo con la logística inicial, se tenía previsto que la segunda parada fuera en un centro comercial, ubicado en Paseo de la Reforma, aunque tras el diálogo con las autoridades se determinó que se llegara directamente al Zócalo, el cual era el destino final.

Irónicamente, durante los aproximadamente 40 minutos de recorrido que hicieron los transportes, desde el Coloso de Reforma hasta el primer cuadro de la Ciudad, estuvieron escoltados por dos patrullas de tránsito y por lo menos cinco elementos de seguridad en motocicleta.

Aunque alguno temió que el show se cancelara, el retraso no mermó el ánimo de la gente y durante el recorrido cantó, saludó a los peatones que se toparon por el camino y vitoreó en varias ocasiones al grupo: «¡Moderatto, Moderatto!».

Cerca de las 11:00 horas, los autobuses se estacionaron a un costado de la Catedral Metropolitana. El público corrió para tomar su lugar frente al grupo y esperó a que las primeras notas de «No Podrás» sonaran.

Ya instalados en ese punto, la música del grupo atrajo a por lo menos unas 300 personas que vieron como Amadeus tocó con su guitarra el «Toque de Bandera» y después cantó «Muriendo Lento».

La gente que estaba en los edificios cercanos se asomó por los balcones y varios frenaron sus labores para presenciar el show.

Justo cuando todo marchaba con tranquilidad y mucho rock and roll, una grúa de vialidad intentó llevarse el vehículo con la planta de luz que alimentaba el espectáculo, porque presuntamente no contaban con los permisos para obstruir la vialidad.

«Déjennos rockear, malditos pecadores. Vamos a tocar una más y si la grúa se la lleva, ellos son los culpables de que se acabe la fiesta», gritó Amadeus.

Por unos minutos los perdonaron, así lograron concluir el show con «Amor Prohibido» y «Ya lo Veía Venir». Pero una vez que terminó, alrededor de las 11:45 horas, los elementos de tránsito se llevaron el vehículo.

«Nos dejaron rockear. Es el poder del rock and roll, malditos pecadores», agregó Amadeus.

Conciertos

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